Lecciones, Pianistas, Pianos, Profesores
Continuando con el artículo sobre el memorizar piezas de piano, debemos decir que una de las reglas de práctica que todos hemos oído una y otra vez es “Asegúrate de practicar lentamente”. Generalmente el resultado de esto es un sentimiento de inhibición, el cual se torna tedioso. Imagínate a ti mismo lleno de entusiasmo y anhelo por sentarte a aprender la nueva pieza. De repente, una voz de la oscuridad susurra: “¡No toques las teclas! Siéntate derecho, toca lentamente y a tiempo, cuida no agarrotar los dedos…” y tu sonrisa se ha ido.
El hecho es que al tocar el piano, cierta cantidad de práctica lenta y atención a los pequeños detalles es absolutamente necesaria. Pero hay algo que falta en el acercamiento a la música que muchos de nosotros hemos tomado; nos proponemos hacer música, y terminamos tocando grandes cantidades de ejercicios estériles, carecientes de vida. ¿Cómo podemos superar este problema?
Al aprender piano, primero que todo es importante recordar que la música surge a la vida mediante los matices dinámicos, diferencias en la ejecución, las formas de las frases y la vitalidad rítmica que es una parte importante del tiempo correcto. Estas cualidades se pierden en la práctica lenta y rígida de una pieza, y son tan esenciales como una correcta digitación, y no se consiguen sin un trabajo cuidadoso.
Entonces, tal vez debamos cambiar esa regla de “practicar lentamente” a “practica tan rápido como te sea posible”. ¡Pero aguarda! Esto requiere mayor discusión. La parte lenta de la práctica enseña a los dedos dónde deben ubicarse, y hace que aprender la obra sea mucho más sencillo. Pero para aprender cómo crear música, como hacer cantar a una pieza debemos practicarla a tiempo lo cual ayudará a revelar las relaciones musicales y las sutilezas de la forma.
Los pianistas deben tener la oportunidad de experimentar con la digitación y el fraseo mientras practican; además descubrirán que no hay ni una pequeña chance de aburrirse al introducir en la práctica tantos elementos interesantes.
A mi me resulta conveniente, para mejorar mi técnica de piano, primeramente practicar lentamente (el tiempo suficiente) hasta aprender las notas y la correcta ubicación de los dedos. Luego es cuando debemos practicar lo más rápido posible; esto quiere decir, lo más rápido que podamos sin perder el control de lo básico que hemos aprendido en la práctica lenta.
Así es como podrías trabajar: toma un pequeño fragmento de la pieza; aproximadamente de cuatro a ocho compases. Luego practica lentamente. Una vez que te sientas cómodo con la música, aumenta el tempo. No esperes hasta que hayas practicado lentamente la pieza entera. De este modo, cada vez que te sientes a estudiar aprenderás una sección pequeña, la tocarás más rápidamente, y sentirás dentro lo que necesita para que adquiera vida.
La próxima vez que te sientes, sin que para ello haga falta se un prodigio, trabaja en los cuatro u ocho compases siguientes. Cuando ya hayas incrementado la velocidad del pasaje combínala con la primera sección. Ahora, comienza a entender cómo se relacionan las frases. Puedes introducir también, la idea de matices y dinámicos, y decidir que líneas son las centrales del tema. De hecho, ¡harás música más real y emocionante, incluso antes de haberte aprendido toda la obra!
En tanto y en cuanto sigas este método, probablemente cambies tus ideas respecto de cómo tocar la melodía mientras se van agregando secciones. Esto es parte del proceso de descubrimiento y experimentación. Los artistas de concierto están siempre re-interpretando, pues piensan continuamente en todos estos elementos. En conclusión toca tan lento como lo necesites; pero lo más rápido que puedas.