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Mozart: Concierto para piano K. 414 & 491 por Maurizio Pollini

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Grabación por Maurizio Pollini y la Orquesta Filarmónica de Viena. Editado por Deutsche Grammophon.

Aunque esta grabación de Mozart no es específicamente y únicamente un concierto para piano, como la prensa nos quiere hacer creer, solo lo es el segundo disco Mozart de Maurizio Pollini (grabó algunos conciertos con Karl Böhm, también en el sello DG, así como un lanzamiento en el 2006, dirigiendo igualmente la Orquesta Filarmónica de Viena desde el piano), es cierto que el compositor no aparece mucho en su discografía. Esto es sorprendente dado que las interpretaciones de Pollini sobre Chopin son elogios constantes para su aplomo clásico, y sus técnicas de tocar el teclado soberanas y aristocráticas funcionaron extremadamente bien en Mozart. El lanzamiento de los conciertos del 2006 fue extremadamente bien recibido, y este nuevo disco, destacando los Nos. 12 y 24 (K. 414 en A y K.491 en Do menor), también es de gran calidad.

Mozart tocando la grabación por Pollini

La primer cosa que notamos fue la transparencia y el detalle del toque de la Orquesta Filarmónica de Viena. En la exposición del primer movimiento del concierto en La mayor, quedamos impresionados en particular por la forma en que Pollini, como director, alentó a los músicos de la orquesta a tocar algunos detalles y fraseos de las partes interiores, lo que a menudo pasa inadvertido. También, en todo el disco, los músicos de viento de la orquesta son excelentes, y, bajo la dirección de Pollini, siempre están en primer plano. En el trabajo en Do menor, puntuados con un complemento mayor de instrumentos de viento –incluyendo clarinetes y flautas– uno mismo es impelido a reflexionar constantemente de cuánto material musical esencial se le encomienda a estos instrumentos. Aún así, todos los músicos tocan sus líneas maravillosamente, cada uno de los instrumentos con su propio carácter. Seguidamente, una antigua grabación de Pollini, tocando el concierto número 23 de Mozart.

La Orquesta Filarmónica de Viena, descripta en el material publicitario como “la orquesta más detallista y especializada en Mozart en todo el mundo”, es famosa por su fuerte voluntad, por lo que es difícil de decir el papel importante que tuvo Pollini en la forma del desempeño de la parte orquestal. Sin embargo, los pianistas y la orquesta son definitivamente uno, y el propio toque de Pollini refleja perfectamente el aplomo y la gran calidad de su orquesta.

Aunque, sentimos que el desempeño del concierto posterior en Do menor fue más satisfactorio que el trabajo anterior en La mayor. En el que le siguió, hubo momentos en el que Pollini se cruzó con una falta de inspiración, particularmente con algunos de los ornamentos que parecían forzados innecesariamente. La actuación fue grabada en vivo y el toque de Pollini comenzó un poco pesado, pero no tardó mucho en acomodarse, con los acordes suaves y cuidadosamente controlados, siempre respetuosos de la escritura musical. Mientras algunos se podrían haber perdido el brillo extra, es refrescante no escuchar a este Mozart sobrecargado con guiños en sus notas musicales. Su manera de tocar en el Andante es simple y en el Rondeau –iniciado por un estamento de alerta maravilloso del tema por las cuerdas de Vienna– es deliciosa. Aquí, a veces, hay una tensión entre el toque e interpretación de la orquesta y las contribuciones iniciales de Pollini; sin embargo, para el final del movimiento, su toque también se ha destacado.


Si hice reservas acerca del K.414, el enfoque de Pollini está perfectamente adecuado en el concierto en Do menor. Aunque no hay nada hecho para oscurecer los momentos soleados, la oscuridad reacciona bien a la integridad de la lectura. Los movimientos exteriores tienen la gravedad necesaria, dentro de los límites de Mozart, mientras que el Larghetto central está tocado con un control exquisito. Nuestra única crítica podría ser que Pollini falla en traer algún sentido de improvisación a las impecables cadenzas de Salvatore Sciarrino que usa.

Entonces, en suma, es un gran lanzamiento de Deutsche Grammophon. Pollini y la Orquesta Filarmónica de Viena parece que sienten que Mozart no necesita ningún truco ni reinterpretación especial y estas actuaciones se destacan simplemente debido a su maestría musical impecable y a su instrumental virtuoso.

Nuestro veredicto: Altamente recomendable.

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  • Sin duda pollini es genial y dirigiendo ha de ser más amanerando a la orquesta con su musicalidad.

  • Maravilloso Mozart,con su simplicidad llega al alma.Pollini dirigiendo la filarmónica de Viena,es genial,da a cada frase musical y al instrumento que la ejecuta el sentido,la interpretación justa.
    Gracias por el material que nos ofrecen.

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