Componer. Todo pianista ha oído la palabra y sabe que significa, pero tan sólo unos pocos pueden hacerlo bien. Algunos intentan durante toda su vida ser capaces de componer una única pieza musical, y otros parecen ser capaces de arrancar del instrumento bellísimas composiciones en cualquier momento. Y aunque parece ser natural en algunos ¿cómo es que constantemente producen magníficas melodías que pueden transportarnos lejos?
Estos músicos dotados tienen un modo seguro por el cual crean sus composiciones para piano y utilizan este método para cada obra que crean. Ninguno puede decirte la fórmula específica para crear una buena pieza musical dado que hay muchos pasos diferentes y áreas en las que pensar cuando estas dispuesto a componer. Para ayudarte a encontrar tu método aquí te presentamos los principales componentes de una composición junto con una breve descripción de cada uno para mostrarte exactamente qué involucra cada área de la composición.
Tema. ¿De qué se trata tu composición? ¿Qué estás tratando de expresarle al oyente? ¿Una primavera, una tormenta eléctrica, otro país, amor, tristeza? Hay millones de temas diferentes y emociones que la música puede evocar en cualquier oyente, y tú deberías tener una idea general acerca de lo que tratará tu composición. Una vez que hayas resuelto esto descubrirás que el proceso entero resulta mucho más sencillo. Mientras estés creando en otras áreas de tu partitura mantén el tema en tu mente para que no te apartes de él. Escríbelo en una hoja de papel y colócala frente a ti, como si fuera la meta que estás tratando de alcanzar con tu composición. El tema es la vida de tu obra por lo cual deberías mantenerlo siempre cercano a tu corazón, y a tus dedos, mientras trabajas.
Melodía. Cuando decidiste componer una pieza de música probablemente ya tenías unas pocas notas revoloteando por tu cabeza. Ese sonido es tu melodía y debería ser el punto central de tu composición. Fue probablemente ese sonido que te llevó a definir el tema, o viceversa, y ambos debería estar trabajando siempre codo con codo. Por ejemplo, si tu tema es el amor, entonces una cacofonía de percusión y notas estridentes no son el mejor modo de transmitir ese sentimiento de amor al oyente. Pero maravillosas melodías que derriten el corazón con dulces y cálidos vientos y un suave piano detrás se adecua muchísimo mejor para crear una atmósfera de amor. Una vez que haz alineado tema y melodía el resto de tu composición será mucho más fácil de crear. Utiliza tu base melódica y expándete sobre ella a lo largo de la pieza, permitiéndole crecer y moverse hacia donde quieras que vaya. Tu melodía te guiará en la parte de los estribillos, el cual será el siguiente foco de tu composición.
Estribillo. Es el fragmento musical que será repetido al menos dos veces a lo largo de la obra. Puede ser tan simple como unas pequeñas líneas de música, o tan complejo como una página entera, todo depende de la longitud y del tema de tu composición. El estribillo es esa parte que todo oyente reconocerá la segunda vez que la oiga y sabrá que es justamente el estribillo. Es también el punto en el que se encuentran impecablemente el tema y la melodía y permite al oyente ver la tormenta eléctrica, oír esas aves que cantan en primavera, o visualizar aquellas olas rompiendo en la playa. El estribillo es lo que unirá a tu composición y te dará una base para trabajar con las partes restantes de la pieza musical.
Introducción. Algunos compositores no pueden crear una sola pieza sin su introducción mientras que a otros no les preocupa en absoluto. Esta sección puede ayudarte a introducir al oyente en la obra musical y a establecer la atmósfera global de la pieza. Las tormentas eléctricas comienzan generalmente con una lluvia ligera, por lo que puedes utilizarla como una introducción para establecer la atmósfera y anticipar la tormenta. Pero, también pueden surgir de repente, con un estruendo sorprendente por lo que puedes representar eso en la introducción y posicionar luego al oyente en el ojo mismo de la tormenta. Sea como sea la introducción depende del compositor y debe hacer que el oyente se meta en tu composición.
Puente. El puente es la parte de tu composición que conecta dos secciones musicales que no podrían relacionarse de otra manera. En la mayoría de los trabajos musicales el puente es utilizado como pausa para ayudar al oyente a reflexionar sobre las secciones previas de la melodía. Se lo emplea entre la melodía y el estribillo, y suele estar comprendida por unos breves pentagramas.
Instrumentos. Un buen compositor conoce sus instrumentos, sus registros, sus sonidos y sus tonos. No importa si estás componiendo una pieza sólo para piano o para una orquesta entera, conocer los instrumentos y sus capacidades te ayudarán a crear grandes arreglos musicales o variaciones de la misma obra. Junto con el instrumento viene su intérprete, y deberías considerar también quién interpretará tu composición a medida que la vas creando. Si estás escribiendo para piano, no necesitas considerar cosas como longitud de la inspiración, pero en lugar de ello deberás pensar en las habilidades del intérprete promedio, posición de las notas en las teclas, y su resistencia para interpretar largas y complejas melodías. Conocer los instrumentos y sus intérpretes te ayudará a convertirte en un mejor compositor.
Cambios. Una vez que haz desarrollado una melodía, el tema, y así sucesivamente comenzarás a ubicar estos ítems en tu composición. Pero crear una pieza musical que se basa en patrones que se repiten constantemente se torna un poco aburrido por lo cual necesitarás realizar algunos pequeños cambios. Al hacer esto lograrás que el oyente escuche verdaderamente tu trabajo y se concentre en el. Puedes crear una segunda melodía para complementar a la primera e insertarla en la melodía original sin temor a crear cambios en el sonido general. O también puedes añadir un estribillo completamente diferente o un puente, que te ayude a realizar una transición entre dos estilos distintos dentro de la misma melodía.
Una vez que tienes aseguradas estas secciones básicas de la melodía podrás trabajar en otras tales como tu estilo personal—el cual tomará un papel muy importante en el sonido final de toda la composición, puesto que es completamente diferente de un compositor a otro, y nadie puede decirte como crear tu propio estilo individual. Con tu propio estilo encontrarás el patrón que más prefieras como ser: melodía, estribillo, puente, melodía estribillo, puente, final, o cualquier otro totalmente al azar y diferente. Simplemente sentándote al piano con un grabador, lápiz y papel estarás asumiendo el primer paso en completar una obra maestra para piano de la cual estarás orgulloso el resto de tu vida.
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